" La diferencia entre un loco y yo , es que yo no estoy loco "

ELEGANCIA SALVAJE

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martes, 25 de mayo de 2010

Un campo de yerberas rojas – en tonos que iban desde el rojo al ámbar, y del ámbar al amarillo también - se extendía extensamente por la pradera, con la impresión de no tener fin. Una leve ventisca, hacía estremecer las flores, esparciendo su perfume en el aire. Algunos insectos revoloteaban por la zona. Solo caminaba. No miraba a su alrededor. No se detenía en los detalles, y mucho menos en las flores. Solo… caminaba. Con la mirada al cielo, y algo de melancolía. Recorría el patio de aquella casa, en la que alguna vez creía haber estado, pero no lo sabía con exactitud. Observaba el ambiente y se le tornaba familiar. Solo caminaba. Inspeccionaba esas calles empedradas que tal vez fueran las mismas que había recorrido ayer, o tal vez no. Él solamente, se limitaba a caminar. Solo buscaba. Se sentó en una plaza que encontró al azar. Le daba de comer a las palomas, algunas migajas de pan, que había obtenido… le hubiese encantado saber cómo. Mientras estaba en la ciudad, se apenaba de no poder ver todo el cielo al mirar hacia arriba. Solo veía edificios, departamentos, torres. Ya no era como antes… o si ?. Al entrar al bar, y sentarse, lo saludaron varias personas. No las reconoció, pero cordialmente les devolvió el saludo. “¿ Quiénes serán ?” se preguntaba así mismo, pero no obtenía respuesta alguna, por más que se exprimiera cada neurona, e intentara armar una relación con otro día de su vida. Le hubiese encantado poder saber quién era, o recordar cómo había llegado ahí, pero… no podía. Se limitaba a vivir el momento sin saber cómo había llegado a esa instancia. Solo caminaba. Solo buscaba. A veces lo recorrían sensaciones de suicidio, ya que no se sentía vivo pero… a la hora, se sentía algo renovado, y creía que algún motivo para vivir tendría, y por ende, salía a recorrer lugares, pero luego, se olvidaba que hacía allí, y la sensación de suicidio lo inundaba nuevamente. Pero al rato, creía que algún motivo para vivir tendría, y salía a recorrer los espacios más cercanos que tenía a la mano. Nunca dormía. Solo caminaba. Solo, buscaba. Buscaba sin cesar, sin saber muy bien qué cosa, ni dónde ni cuándo. Buscaba, hasta que se olvidaba, algún motivo para vivir.

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