Pasado pisado, repetía mientras las cosas cambiaban.
Antes las noches se teñían con las dudas, incertidumbres que la acosaban al no conocer la verdad ni mucho menos la claridad de la mentira.
Las acciones y pensamientos tenían etiquetas que confundían al ya maltratado corazón.
Algunas noches daban paz a las heridas dejándola sumirse en los brazos de Morfeo sin pensarlo dos veces ayudándola cicatrizar. Pero otras, en cambio, asesinaban a la cordura sin descanso alguno.
El tiempo pasó de manera vertiginosa y ya no era lo mismo.
En el espejo ella se veía a sí misma, ya no era la sombra de nadie más.
La sonrisa auténtica le permitía soñar el mañana. Los ojos estaban vivos y volvían a creer.
Se sentía lista para enfrentarse una vez más a la vida, a luchar.
Sin embargo, al pisar nuevamente el antiguo mundo, la idea de luchar se vio atacada por intensiones de doble filo y gente de antaño con nuevas y viejas ideas. Las cosas ya no eran lo que decían ser.
Las caravanas rezaban a la mentira y el ser caía en la bajeza de la conveniencia.
Gestos ambiguos, amores efímeros o pasiones eternas. Ya nada tenía una sola cara.
“No eras lo que solías ser. No eras ni siquiera la mentira que querías mantener”
Enfrentamientos fríos y puñales por la espalda. Falta de moral ante las reglas más básicas de la vida.
No, ya nada era lo que era, afirmaba cada voz de la razón.
Pero tampoco ella era lo que solía ser, agradecían dichas voces, sorteaba los puñales dejándolos caer en la fría indiferencia.
Los enfrentamientos crudos, no hacían más que un leve escalofrío en la parte más superficial del ser, pero lo más importante, su moral se veía tan intacta como siempre y para siempre.
Los ojos una vez más despojaron de la mentira al ser y descubrió la triste verdad una vez más.
No había amor, ni siquiera cariño o una mariposa solitaria que rondara por el estómago.
Sólo quedaba un vacío y frío sentimiento, uno que mataría hasta al más valiente guerrero.
Sólo quedaba la pena ante un ser que a cada paso que daba más se hundía en sus propios engaños.
Con un suave gesto de cabeza, dio el adiós y se encamino a un sendero mejor, a un futuro mejor..
a su propia vida.
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